
El embajador español en Níger, el sr. García, no solía tener un trabajo demasiado duro. No eran muchos los españoles que acudían a Níger en sus vacaciones... alguna misión religiosa, alguna ONG.. poca cosa. Las relaciones diplomáticas eran en estos momentos bastante buenas, y únicamente estaba el riesgo de atentados islamistas, pero tampoco Níger era un país prioritario para la gente de Bin-Laden.
Eso le dejaba bastante tiempo para bañarse en la pisicna de la embajada, donde pasaba bastantes horas al día. No obstante, acababan de decirle que Karsels Munyons acababa de llegar a la embajada, escoltado por la policía de Níger. Karsels... un hombre que hacía malabares con bacalaos, o algo así, y que por lo visto le habían enviado al desierto de uan hostia gigantesca y no solo había sobrevivido al impacto sino que había sido capaz de atravesar el solito el desierto del Teneré sin agua ni comida. Ese hombre debía tener algo especial. Bajó a la sala principal y ahí estaba. Cara de soso, un poco calvo... llevaba una camiseta pero por alguna razón la llevaba subida y se veían unas marcadas abdominales.
- Sr. Munyons.
- Llámeme Karsels, hombre.
- Karsels, pues. Soy el embajador García.
- Hola García.
- En estos momentos estamos haciendo un duplicado de su pasaporte y pronto podrá coger un avión con destino a Barcelona.
- No, verá, es que yo he venido aquí para dejar esto en un lugar seguro.
Karsels sacó del bolsillo de su pantalón una probeta con un líquido blanco dentro.
- Qué es eso?
- Es semen, he de llevarlo a un lugar seguro.
- Entiendo. Y qué tiene ese semen de especial?
- Bueno, verá... conoce a MANOMÁN?
- Sí, creo que fue él quien le envió aquí de un manotazo.
- Sí, exacto. En realidad no tendría que haberme enviado tan lejos. Se pasó y casi me mata. me envió en medio de la nada, un desierto rocoso.
- El Teneré, sí.
- La cuestión es que tendría que haberme enviado a Ibiza, donde tiene una base secreta. Uy!! No se lo diga a nadie, eh? Es secreta!! Mierda!! No tendría que habérselo dicho!!
- Tranquilo, no saldrá de aquí.
- Bien. Me cae usted bien, García.
- Entonces le enviaremos a Ibiza. Pero de todos modos, qué tiene ese semen de especial?
- No, es igual, ya que estoy aquí, quizá tengan un sitio seguro donde guardarlo. Si le digo qué tiene de especial, no se la dirá a nadie, eh?
Karsels guiñó un ojo.
- No, claro que no. Tranquilo.
- Este semen es...
Karsels se acercó a la oreja de García. Susurró.
- ... mío. Soy donante de semen, pero no se lo diga a nadie, eh?
Karsels le dio un pequeño codazo a García.
- Bien. Y qué quiere hacer con eso? Meterlo en una nevera?
- Sí. No quiero que lo use cualquiera.
- Ya. Karsels, puede esperar aquí un momento?
- Claro. Tiene un franfur?
- Un franfur?
- Sí.
- Ahora llamo a cocina y que le hagan uno.
- Gracias.
García, embajador en Níger, desapareció tras una puerta. Karsels estaba loco o era muy tonto. Y ninguna de las dos cosas le hacía gracia.
1 comentario:
karsels come otra vez !! no se guarda el hambre? ese franfur que no comió aquel dia.
Esta escena es excatamente lo que haria este tipo en esta situación...ese guiño, ese codazo....ES EL!!!
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