LA SAGA DE KARSELS: CAPÍTULO VI

García apareció en la sala de recepción al cabo de unos minutos con un par de franfurs en la mano. Acababa de hablar con sus jefes... el elemento que tenía delante, ese tal karsels, era altamente peligroso... al menos en lo que se refería a su resistencia y su actitud mental. Por lo visto era un Licenciado en Económicas que poseía una gran habilidad cortando bacalaos. Sin embargo, su habilidad sobrehumana para sobrevivir en el desierto 2 días sin comida y agua sin ningún tipo de problemas era desconocida. Las órdenes eran claras: repatriarle de inmediato y engañarle para quedarse con su semen. Quizá pudieran fabricar soldados de élite con él... aunque habría que tener cuidado con las aptitudes mentales, claro.
Karsels vio los franfurs.
- Hombre, García!!
- Aquí tienes tu franfur. me ha entrado hambre y he hecho que me hicieran otro a mí.
- Claro que sí... siempre es mejor estar acompañado!! García estás casado?
- Emm... bueno, sí.
A García no le hacía mucha gracia hablar con Karsels de su vida privada... pero tenía que ganarse su confianza.
- Qué fuerte!!!!!!!!!!!!!
Karsels se llevó las manos a la cabeza, en un gesto de sorpresa. Una gota de ketchup cayó sobre su incipiente calva, procedente del franfur.
- El qué?- preguntó un extrañado García.
- ESTÁS CASADO!! QUÉ FUERTE!! PERO QUÉ FUERTE!!! INCREIBLE!!!!! OH!! OOOOOH!!!!!
Karsels estaba pegando botes y señalándole... y pringándolo todo de ketchup.
- Sí, bueno... eh... Karsels.
- Dime, amigo mío!
- Verás, tenemos una nevera aquí... es una nevera... emmm... nuclear y tal y bueno refrigera mucho y... bueno... es... es secreta.
- Oh!!!! Grompf.
Karsels se estaba comiendo el franfur con rapidez.
- Grompf... una nevera secreta!!! Justo lo que buscaba!!! García, amigo mío!!!!!!!!!! Puedo pedirte algo??
- Claro.
- Deja que guarde mi semen en tu nevera secreta!!
García sonrió para sus adentros. De esta, le sacarían por fin de embajador en Níger y le pondrían en Washington por lo menos!! Karsels le pasó un brazo por sus hombros.
- García, quieres otro franfur?
- No, ya no tengo más hambre...
- Pues yo sí, pero sabes? Prefiero guardarme este hambre para que quedemos otro día y me lo como.